Seminario de Educación para la PAz de la APDH.
Carpeta Aprende a jugar, aprende a vivir
1. ¿Por qué forzar a las niñas a jugar con juguetes (que tradicionalmente se consideran de niños y viceversa) cuando espontáneamente no lo harían? |
No
se trata en ningún caso de imponer nada, ni de forzar a nada,
ni a nadie y tampoco de prohibir, en realidad el problema estriba en
considerar «espontáneo», «innato», «connatural»
algo que es «aprendido», «educacional» y «cultural».
Nuestros niños/as imitan pautas de conductas observadas en los
mayores, asumen los roles vividos en sus casas; en el colegio, en la
calle y los reproducen fielmente. Del mismo modo interiorizan la valoración
que estos roles adquieren en la sociedad. Lo importante es ofrecerles
nuevos patrones y modelos de relación entre géneros.
No consiste tanto en que los niños deban jugar con muñecas y las niñas con coches, como en superar la dualidad tradicional «esto es de niños» y «esto es de niñas», y permitir que los juguetes sean empleados por ambos sexos indistintamente; de hecho, si observamos la realidad, aunque tantos niños como niñas juegan con muñecos, es una necesidad. El que unos muñecos sean para niñas y otros para niños es culpa nuestra. Sería conveniente fomentar el deseo en las/os menores de romper barreras o cotos privados así como la curiosidad por lo desconocido, lo nuevo, lo no experimentado y comprobar vivencialmente lo atractivo que pueden resultar estas nuevas actividades. |
2. ¿Qué pasa cuando a un niño que intenta jugar a las casitas o a las muñecas le discriminan y le llaman nena? |
Cuando
a un niño lo llaman «nena» nos tenemos que preocupar
por el valor que tiene este insulto para él. Esta burla no tendrá
tanta repercusión en un niño que observa que sus modelos
referenciales, personas que admira (padre, hermano, un amigo, su profesor)
realizan con gusto y satisfacción aquellas actividades por las
que a él le llaman nena. Aunque la existencia de estos patrones
es primordial, será necesario que además el niño
tenga confianza en sí mismo y que reforcemos su auto-aprecio,
su autonomía, etc. No olvidemos que la educación para
una sociedad no-sexista exige una educación para la resolución
de conflictos y esto podrá realizarse de forma positiva, creativa
y constructiva en la medida que el niño tenga seguridad en sí
mismo y en el medio que le rodea.
Aunque los patrones de comportamiento se buscan en personas del mismo sexo, esto no significa que educadores de otro sexo no puedan realizar una discriminación positiva hacia actitudes y comportamientos tradicionalmente clasificados como del «sexo contrario», así será muy valiosa su aportación cuando resalten y ensalcen manifestaciones de ternura, de sensibilidad, de tacto, de preocupación por los compañeros y compañeras, etc. por parte de los niños. Fomentar nuevas capacidades psicológicas, manuales, físicas e intelectuales no sólo favorecerá la convivencia entre sexos, sino que además enriquecerá a las niñas y a los niños como personas. |
3. Cambiar los juguetes antes de que cambie la sociedad, ¿no es empezar la casa por el tejado? |
La
realidad que vemos es que nuestra sociedad está en un proceso de
cambio, y los juguetes presentan la sociedad de hace 20 años, pero
no la de ahora. No es cierto que la mujer esté actualmente encerrada
en casa y no tenga otra opción profesional. No es cierto que los
hombres no cambien pañales o den de comer. No es cierto que la
familia «normal» tenga padre y madre. Y cada día que
pasa estas afirmaciones van a ser menos ciertas. El hecho de que los mass-media,
la publicidad, los cuentos infantiles sigan dando una imagen del pasado
es algo ante el que poco podemos hacer, tan sólo no comprar o no
mirar. Pero de los juguetes que compramos somos totalmente responsables.
¿Los juguetes que regalamos a nuestras hijas/os son juguetes para
el pasado, o son juguetes para el futuro?
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4.
Las niñas al integrarse en los juegos de «sólo para
chicos» se sienten en inferioridad de condiciones: fuerza, agilidad...
¿no es esto más contraproducente, sobre todo para la autoestima,
que el simplemente no jugar?
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No
es cierto que las niñas sean menos ágiles que los niños
y es muy discutible que sean menos fuertes. Para saltar a la goma de
hecho se necesitan habilidades complejas y diversas, tanto o más
que para jugar al fútbol. Lo que sucede normalmente cuando una
niña intenta jugar al fútbol por primera vez es que argumentarán
que juega mal porque «es niña», por el contrario
cuando un niño juega por primera vez, le dirán que es
novato y patoso; contra ésto podrá luchar e intentar superarse,
contra «ser niña» no se puede hacer nada, excepto
ser conscientes de que eso no es ninguna limitación real para
realizar cualquier tipo de actividad, sino un estereotipo cultural.
No debemos olvidar, no obstante, que si bien 'las niñas sufren las consecuencias de unos estereotipos que acortan y limitan sus potencialidades, los niños sufren las exigencias impuestas por la sociedad a los «machos», que en muchas ocasiones pueden ser asfixiantes y originar complejos. |
5.
Puesto que las niñas son las que generalmente se integran dentro
de los juegos de los niños y no tanto al contrario, ¿cómo
lograr que aparezca interés por parte de los niños hacia
juegos considerados de niñas?
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Es
lógico que para las niñas sea más fácil
ju_ gar a juego de «niños» que al revés, ya
que existe una actitud generalizada, inmersa en todos los aspectos culturales
y sociales, de desvalorizar aquellas tareas, valores y capacidades asignadas
a las mujeres. Tendremos que revisar nuestro papel como educadores/as,
los valores explícitos e implícitos, y desde un análisis
crítico trabajar para la consecución de un verdadero cambio
de actitudes, No es el mejor camino para lograr que los niños
salten a la comba tener que decirles que los boxeadores, para mantener
su fuerza física, realizan este ejercicio muy a menudo.
Aunque los mensajes de discriminación por sexo no dependen tan sólo de nosotros/as (existe multitud de emisires a los cuales son sensibles: familia, medios de comunicación, calle, escuela".) deberemos ir facilitando y potenciando que los juguetes y juegos no reproduzcan roles tradicionales discriminatorios y que puedan ser utilizados del mismo modo por niñas y niños. Que esta potenciación comience muy pronto, y que todas las personas que intervienen en la educación de un niño/a sean coherentes con esto son las claves del éxito. |
4. ¿Negar a los niños y niñas pistolas y juguetes bélicos no les puede frustrar y hacerles desearlos más? |
¿Permitimos
a nuestros hijos/as poner la mano en una estufa caliente o les dejamos
fumar o consumir cocaína porque diciéndoles que no, les
haríamos desearlos más? NO. Porque nuestro trabajo como
padres/madres y profesores/as es educar a nuestros niños/as en
un espacio seguro, enseñándoles las normas en que creemos.
Si aquí entra restringir los juguetes y las series bélicas,
pues entra, simplemente decimos no y explicamos por qué. Sólo
podemos desear que entiendan las «normas» que les enseñamos.
No necesitamos hacer un drama sobre los juguetes bélicos que pueda
convertirlos en un fruto prohibido. Simplemente les hacemos saber cómo
nos sentimos y por qué.
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2. ¿Si las niñas y niños no tienen pistolas no harán pistolas con sus dedos, palos, plátanos, etc.? |
El mayor problema
que tenemos al adquirir juguetes bélicos es que al comprarlos les
estamos diciendo a los niños/as que nos parece bien que jueguen
con ellos y por lo tanto que la guerra y la violencia nos parecen bien
como soluciones a los problemas. Que los niños/as utilicen sus
dedos como pistolas no quiere decir que haya que proporcionarles juguetes
bélicos. No deseamos que nuestros hijas/os hagan gestos que simbolicen
pistolas, pero no se lo impedimos a no ser que les lleve a pegarse.
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3. ¿Los juguetes bélicos no proporcionan una catarsis para la agresividad de los niños/as? |
Dar
a los niños/as juguetes bélicos no les elimina la violencia;
frecuentemente la crea o la aumenta. No hay que confundir violencia con
agresividad, con vitalidad. Necesitamos darles canales para expresar su
agresividad de formas útiles. Recomendamos a las personas que tienen
niñas/os que juegan con juguetes bélicos que hagan este
experimento. Jugad con vuestras niñas/os y sus amigos/as durante
un rato con bloques, pelotas, puzzles, pinturas, etc. Tras un rato introducid
pistolas, transformables, etc. y ved si cambian el juego y la conducta.
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4. ¿Cómo canalizar la agresividad sin darles este tipo de salidas? |
Hay
muchas formas de permitir que un niño/a esté furioso o
utilice su agresividad sin hacer daño o imaginar que hace daño
a otros. Creemos que la mejor forma es construir la autoestima del niño/a
y felicitarle por la conducta positiva, yendo a las raíces de
sus problemas e intentándole ayudar a utilizar el lenguaje, a
cooperar y a desarrollar formas creativas de resolver los conflictos.
Junto a esto, el juego físico ayuda a reducir la agresividad
violenta y la tensión.
Hay bastantes libros que analizan estos problemas. Es importante comprender las etapas del desarrollo infantil para ayudarles a comprender su propia angustia y los cambios debidos al crecimiento. |
5. ¿Cómo puedo ayudar a mi niña o niño a vencer las presiones de sus amigos/as para tener juguetes bélicos y ver series violentas? |
Hay mucha presión
de los compañeros/as para tener montones de juguetes. Es importante
ayudar a los niños/as a tener un sentimiento de autovaloración
como cimiento de su personalidad. Proporcionarles juguetes y experiencias
alternativas que puedan compartir con sus amigas/os. y sobre todo hablar
con ellos/as sobre sus sentimientos y los tuyos. Deberían comprender
por qué no tienen ciertas cosas y que tener cosas no es una buena
base para la amistad o la popularidad. Enséñales a pensar
por sí mismos y comparte con ellos/as ejemplos de personas que
han hecho esto a lo largo de la historia.
No es sólo la presión de los amigos/as, también está la presión de los publicistas. Puedes utilizar esto como una oportunidad para una lección de economía. Tus hijos/as deberían saber que la primera preocupación de los fabricantes de juguetes es el beneficio económico, no hacer buenos juguetes. |