En un encantador anuncio navideño
de la tienda barcelonesa Almacenes Alemanes, fechado en 1935, aparecen
dibujados niños y niñas que interactúan con diferentes
juguetes. Ellos blanden espadas, conducen coches y construyen mecanos.
Uno, disfrazado de indio, monta a lomos de su padre, que le hace de
caballo. En cuanto a las niñas, varias transportan muñecos
entre los brazos, una empuja un cochecito de bebé y otra cocina
castañas. Incluso hay una que sirve un cóctel a un niño
disfrazado de cazador. Pues bien, la (mala) noticia es que el actual
panorama no es muy distinto. Los fabricantes de juguetes y sus respectivas
agencias de publicidad siguen empeñados en utilizar la diferencia
de género como herramienta de venta a toda costa, tal que si
el tiempo se hubiese detenido para ellos en 1935.

La última en alertar de la situación ha sido la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, consumidores y Usuarios (CEACCU): ”Sobre el género, persiste en las campañas promocionales la narración sexista: a pesar de que preferentemente el protagonista es mixto, la publicidad de juguetes en su conjunto reproduce un discurso sexista”.

La última en alertar de la situación ha sido la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, consumidores y Usuarios (CEACCU): ”Sobre el género, persiste en las campañas promocionales la narración sexista: a pesar de que preferentemente el protagonista es mixto, la publicidad de juguetes en su conjunto reproduce un discurso sexista”.
Un niño
español ve una media de 49 anuncios al día ( cifra que
aumenta extraordinariamente en el periodo cercano a la Navidad, con
sesiones de más de 20 anuncios seguidos en casa pausa entre programas)
según Norminanda Montoya Vilar, profesora de la Universidad Autónoma
de Barcelona y autora de la investigación. El papel de la voz
en la publicidad audiovisual dirigida a l@s niñ@s, el bombardeo
publicitario es especialmente crítico en la etapa que va desde
los cuatro a los hasta los siete años, cuando la personalidad
no está definida y resulta más influenciable. Según
estudios realizados por el especialista en psicología infantil
Kenneth O'Bryan, los anuncios se convierten en un eficaz instrumento
de enseñanza para grabar cualquier idea relativamente simple
en la mente infantil. Y en este mundo de las ideas están integradas
las actitudes y los valores. Así, la publicidad de juguetes ejerce
un poderoso influjo sobre la descripción que el/la niñ@
se hace de su sexos y del contrario.
El
lenguaje no es un vehículo menos poderoso para estos prejuicios.
El de los anuncios para niñas es eminentemente cursi, con superabundancia
de diminutivos (pastelitos, casita, perrito, dedito..) y expresiones
de ternura (te quiero tanto, necesitaba mi amor...), mientras que en
los dirigidos a los varones los rasgos dominantes son los aumentativos
(acción sin límites, las posturas más arriesgadas...)
y la utilización de expresiones ligadas a la competitividad (
tú tienes el poder, acabar con tu máximo oponente...).
Además, mientras en los primeros predominan las voces suaves
femeninas, en los segundos lo hacen las masculinas de tono autoritario
(tipo Constantino Romero). ”La voz masculina”, indica Montoya
Vilar, “representa la autoridad y el refuerzo de la autoridad,
reflejado en una voz adulta, es muy importante para l@s niñ@s
a la hora de decidir”.
Las representaciones del universo adulto propias de cada género tampoco se quedan mancas en lo que a enfoque sexista se refiere. Mientras Action Man (el héroe más grande de todos los tiempos) lucha en las calles contra el doctor X, Barbie lava a su perrito o prepara “pastelitos y gellatina” en su cocina mágica. Un mundo bipolar cuyos extremos son aparentemente irreconciliables (a pesar de que hoy, defenestrado Ken, Action Man se configure como la mejor opción posible para Barbie) cuyos límites, para ellas, se quedan entre los muros del hogar, y, para ellos...inalcanzables, porque el universo lúdico de los varones es un auténtico macrocosmos donde abundan los mundos fantásticos (Bionicle, Alién Attack, Castillo de Crayskull...).
Cuando
la muñeca no está en la cocina, aparece convertida en
todo un objeto sexual. Así, las Bratz, con los labios y ojos
pintados y “tan atrevidas como tú”, prometen a sus
compradoras brillar “en la pista y por la noche”. Eso sí:
como buen objeto , la niña-mujer persiste en su ancestral actitud
pasiva. Y como muestra, un botón. Hasbro invita a jugar a Línea
directa así: “Descubre quién te va a pedir salir,
adivina quién es el chico misterioso y organiza la fiesta más
divertida”. Además, se incide en un característico
patrón comunicativo femenino, el de la ocultación:“Cuéntale
tus secretos a tus amigas”.
No
se trata de adoptar una postura integrista, falsamente progre y obligar
a que l@s niñ@s jueguen con Barbie sirenas y las niñas
a Hulk (a menos que quieran, claro). De hecho, el problema no está
tanto en los juguetes en sí mismos como en la forma en que la
publicidad encaminada a promocionarlos orienta su uso a sólo
uno de ambos géneros. El marketing infantil es una disciplina
muy desarrollada (empresas como Ericsson tienen departamentos específicos
para la investigación de nuevos productos dirigidos exclusivamente
a niñ@s) que a veces roza lo maquiavélico. La industria
juguetera apuesta por la diferenciación de género porque
así su target (público objetivo) está mucho más
definido, lo que evita el riesgo de diluir el mensaje. No debemos olvidar
que la publicidad no transforma la realidad, sino que se hace eco de
ella. Según Raúl Peralba, presidente de la empresa de
marketing Positiong System, “ la industria juguetera se enfrenta
a un dilema, quienes compran los juguetes no son l@s niñ@s, sino
sus padres-madres, y lo que quieren ést@s es que sus hij@s tengan
actitudes de adulto, las que ell@s consideran aceptables. Sólo
una empresa arriesgada, capaz de superar los prejuicios y los estereotipos,
podrá vencer este escollo. “ ¿Cómo?. Con
responsabilidad social y pensando primero en el/la niñ@ , en
qué les divierte (y no, como se hace ahora, en el margen comercial
y en convencer al padre o a la madre”). Afortunadamente, la sociedad
se mueve y algunos fabricantes son conscientes de ello. Como Scalextric
(Tecni Toys), en cuyo nuevo anuncio aparecen un niño y una niña
jugando con idénticas actitudes. “¿Por qué
esta apuesta?. La propia experiencia de Peralta da respuesta.”Tengo
cuatro hijas y todas han jugado con coches por la sencilla razón
de que a mí me gustan mucho y eso se transmite”.
Y
si Tecny Toys lo ha hecho ¿Por qué no MB (Action Man)
o Mattel (Barbie). Es sencillo, quienes compran los juguetes, los adultos,
no estarían muy de acuerdo con tamaña liberalización
de las costumbres. La mitad de l@s padres-madres, según las encuestas,
creen que hay juguetes propios de niños y juguetes propias de
niñas”.
Silvia Nieto en EL PAIS, 30-11-2003Fuente: https://www.paideiaescuelalibre.org/Articulos%20ajenos/Juguetes%20sexistas/Silvia%20Nieto.htm
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